La Cándida Michelle.
Michelle Bachelet cuenta con una doble legitimidad: carismática y racional. Ésta última se debe a la institución que ocupa. Por ello Weber sostendría que goza de un escenario inmejorable para gobernar y tomar decisiones. Sin embargo, hay un exceso de candidez en ella, da señales erráticas y supone que el carisma que posee -y que le permitió acceder a la presidencia- es suficiente para gobernar. Eso no es así, las decisiones son más racionales de lo que suponemos. El carisma se agota pronto si nos damos cuenta que éste no tiene una relación directamente proporcional con la inteligencia aplicada en las decisiones. Hay un exceso de candidez cuando habla de empoderamiento -perdonen el neologismo-, y de gobierno ciudadano, pues no reconoce asertivamente que ello le puede jugar en contra. Todos sabemos que no es llegar y entregar poder, y que eso nos puede jugar en contra. Y que por esas promesas le pueden -y deben- cobrar la palabra, cosa que por cierto han hecho. Asimismo se enfrenta a ot...