Bicicletas, democracia, Plaza de la Ciudadanía.

En los últimos días he andado mucho en bicicleta, por lo mismo he re-visitado la ciudad, encontrándome con lugares comunes, que de tanto serlo habían sido obvios y casi se convierteron en invisibles.

Como una manera de ahorrar -ya no soy estudiante, así que tarifa adulto = 340 (oh my blog!)- y hacer deporte subí el san Cristóbal. Una vez en la cumbre mientras disfrutaba del tradicional mote con huesillo divisaba la ciudad y pensaba en la elección de Michelle Bachelet, en el sexenio de Lagos, en fin, en los cambios que me ha tocado vivir. Y en verdad han sido varios, pero hay uno que me llamó la atención y tiene que ver, circunstancialmente, con la bicicleta.

Lagos con su afán de protagonismo histórico, con la idea de ser uno de los grandes presidentes se puso a construir como Dios manda. Cual Mitterrand!. La cosa es que cuando regresaba a mi casa pasé por la Plaza de la Ciudadanía. La recorrí sin bajarme de la bici, con los audífonos, y cantando a viva voz. Pasando al lado de los carabineros, mirando a los guardias de palacio y turistas.

En un momento me detuve a mirar La Moneda y recordé el 11 de marzo de 2000, y una de las primeras medidas de Lagos, ¿la recuerdan?... abrir las puertas de La Moneda. Con ello hizo entrar a la ciudadanía, a turistas, jóvenes, a todos a la sede del Poder Ejecutivo. El Palacio que una vez fue bombardeado, que ocuparon los militares, ahora era un espacio común. Ya no había amenaza, cualquiera que quisiera podía visitarlo, y hasta podía encontrarse con el vice-presidente como fue mi caso. También recuerdo que De la Rúa (el que arrancó en helicóptero) en Argentina lo hizo, pero ya no se puede. ¿En qué otro país del mundo uno puede entrar con esa libertad a la sede de gobierno?, cuánto simbolismo hay en eso, cuanta madurez política y amistad cívica. ¡Por dios que hemos aprendido en democracia!.

Ahora al concluir el mandato Lagos inaugura una sala de exposiciones y una plaza, La de la Ciudadanía, en donde antes había un búnker, donde estaba el símbolo de los años oscuros de Chile, ahora nos emplazamos nosotros, los ciudadanos. Donde hubo fuego, ¿recuerdan la llama de la 'libertad'?, ahora hay pastos, hay jardines, hay florecimiento. Ya no es un espacio restringido, ahora todos lo que quieren estar ahí, lo pueden hacer, todos quieren jugar en esos parques.

Me emocionó el estar ahí mirando La Moneda, y tener la tranquilidad de que no pasa nada, todo es tranquilo. Sin embargo, aún espero que esta democracia siga fortaleciéndose, siga consolidándose. En la que pueda ver una foto de una pareja de personas del mismo sexo besándose ahí, en la Plaza de la Ciudadanía con los carabineros de fondo, los mismos que una vez los detuvieron por 'ofensas a la moral y a las buenas costumbres', por favor, desde cuándo el amor es una ofensa. En ese momento diré, la democracia avanza, tenemos más poder, estamos empoderados, somos mayores de edad.

Por el momento soy feliz cuando puedo entrar y salir de La Moneda, puedo caminar por sus jardines o andar en bicicleta, escuchando la radio que quiero y cantar y gritar lo que quiero. Poruqe no correré la suerte de mi madre que por decir que Pinochet era un asesino los milicos le dispararon. Porque estoy en democracia, porque yo elijo.

Viva Chile mierda!!

Un abrazo.