Historias de metro I

Lo que les cuento a continuación ocurrió hace meses, quizás marzo. Por lo mismo algunos ya conocerán la historia, sin embargo, quienes aún no tienen la ocasión ahora es el momento.

En un momento decidí parar el cronocidio y opté por culturizarme conociendo y disfrutando a uno de los grandes de las letras chilenas, e incluso de las latinoamericanas. Bolaño, ¿quién más?.

Son dos anécdotas relacionadas con Bolaño. La primera sucedió mientras estaba participandod en misiones de la UC en el sur. En una localidad un poco aislada, sin muchos diarios, ni acceso a lo que pasaba en el mundo. Uno de esos días me encuentro con otros misioneros, estudiantes de periodismo y ciencia política. Uno de ellos comenta: murió Bolaño, y el otro reponde-pregunta, ¿quién era?, su interlocutor: Chespirito, nunca recibió el órgano para el trasplante en España.
Periodistas, no?
No comment.

En otra ocasión, después de practicar natación me junté con mi hermana para ir a comer con unos amigos de la Universidad. El lugar era la estación de metro. Me llama y avisa que está en la estación anterior a la acordada. Veo el tren, las puertas se abren y mi hermana, me ve y nos subimos inmediatamente al mismo tren. Entonces aparece frente a mi, una persona en sus 20 años, vestido de negro, alto, quien llevaba en sus manos un libro, Bolaño. Pero no uno de sus libros, sino uno que lo analizaba.

Seguí conversando con mi hermana, y llamaba a mis amigos para ajustar los últimos detalles de la comida. Mientras las miradas se comenzaban a cruzar. En las estaciones siguientes el carro se desocupó. Él se apoyó en las puertas que dan al túnel, y al lado de él hubo un espacio. ¿Yo o mi hermana?. Le dije a mi hermana que se colocara al lado. Así nuestras miradas seguían cruzándose.

Mientras conversaba con mi hermana, sentía que él nos escuchaba. A ratos se reía. No podía recordar los nombres de las personas que nos acompañarían a la comida y eso él lo notaba. Y sus labios volvían a sonreír.

Estamos atrasados, le dije a mi hermana. Tendremos que correr, insistí. No quiero, estoy cansada, y han pasado años sin hacer deporte. Lo siento, lo vas a tener que hacer. O si no perderemos la reserva.

Faltan dos estaciones. Nuestras miradas seguían cruzándose. Al igual que las risas.
Ya, nos bajamos en la estación siguiente.- dije. No sé si a mi hermana o a él.

Con mi hermanaba trataba de no olvidar a los comensales, los repetíamos una y otra vez. Y en una de esas ocasiones se levanta un dedo, y escucho un: ¿y yo?. Era él. Lo miré, era una mirada que invitaba a decirle: ¡vamos!. Los ojos reflejaban ternura, quietud y alegría.

Mi hermana estaba ahí, no podía invitarlo así sin explicárselo. Con mis amigas no había problema. Sólo atiné a mover los hombros, queriendo indicarle: no puedo, pero quiero.

Las ganas de entregarle una tarjeta, de pedirle su número, su nombre estaban presentes. Y mientras nos aprontábamos a bajarnos se escucha un: suerte, que no lleguen tarde. Frases que aún permanecen en mi memoria. Y sin duda fueron esas palabras las que nos permitieron llegar a hora.


Y tal vez por eso lea a Bolaño, una manera de recuperar gratos momentos.

Ahora los dejo, me esperan unos...
Detectives Salvajes.

Un Abrazo.

PD: A Daniel le debo la propiedad intelectual de 'cronocidio'.
PD2: cronos: tiempo; cidio: matar.

Comentarios

C.- dijo…
el comentario contra los periodistas lo repruebo
pues yo leo al autor
y sé que no es chespirito ok?
lo demás romantico para empezar la primavera
Saludotes
Claudito lindo precioso y periodista increible
Unknown dijo…
Gracias por reconocer mi autoría del cronoscidio, o cronocidio. También inventé la violación con escalamiento, aunque ese es más técnico.

Un abrazo, chao, cuídate y que estés bien.
gracias por tu comentario.
en relación a Bolaños, me recuerdo a la mina, Carolina zuñiga, que tambien tuvo la actitud de ese periodista, cuando dijo que habia muerto chespirito, en fin, aunque creo que gracias a esta anecdota, se hizo mas conocido Bolaños, aunque parezca insolito.
Oye, me parece que ayer lei un post de otra persona que tambien contaba algo similar en el metro, que luego vio en la playa, bla bla bla, quizas se trata de la misma persona o quizas eres tu a quien se referia, y que él busca por todos lados y pide información, el dijo que era delagado de ojos claros, en todo caso, parece que el metro da para estos encuentros, para la próxima vez estare más pendiente a ver si engancho con alguién.
ojala que esto último no lo lea mi novio.
Pablillous dijo…
yo siempre he fantaseado mucho con encuentros en el metro..

es que tuve algunos..

gracias por para por mi blog y comentar, siempre se extrañan sus palabras si no visita seguido

abrazos
Pancho Varas dijo…
que wen paseo ese con tu familia el 19, que es una fomedad de dia.....no entiendo por que transmiten en cadena nacional la parada militar.....si es lejos lo mas fome....

oye a parte de las miradas con ese tipo del metro, paso algo mas.....
Lautaro dijo…
yo leí estas anécdotas separadas anoche y ya lo sabes. :D
aer, como futuro periodistO cacho quién es Bolaños aunque nunca lo haya leído por mi presupuesto diezmal (por cada diez días y mal porque apenas alcanza) y sólo tengo la oportunidad de guachipiarme algún libro cuando voy donde mi abuela o en la paupérrima biblio de mi ponticuma (que es la versión de tu ponticuica pero en el puerto).
no sea tan tímido conmigo, si no muerdo.
bear hug,
Lautaro dijo…
(¡chuta que me gusta escribir entreparéntesis!)
C.- dijo…
Jajaj no soy Moya Grau
Pero si supero a Pablo Illanes jajaj
Saludos mister
Clau

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