Lo lei en: "Le Monde".

Las revoluciones de la homoparentalidad.

Un día los historiadores dirán, sin duda, que la homoparentalidad nació en Europa Occidental y América del Norte a fines del siglo XX. “Comparé los sistemas de paternidad existentes en 186 sociedades de todos los continentes, y no encontré en ninguna parte familias homoparentales”. Destacaba el antropólogo Maurice Godelier durante un debate científico y político organizado el sábado 3 de febrero por la Asociación de Padres Gays y Lesbianas (APGL).

“La homoparentalidad es una novedad histórica que está unida a dos transformaciones fundamentales de la cultura occidental: el hecho que, desde el siglo XIX, el niño está cargado de nuevos valores que cambiaron profundamente el deseo de tener hijos por parte de mujeres y hombres; y el hecho que en el dominio científico, la homosexualidad no es más considerada como una patología por la medicina, ni como una perversión por la psicología”.

La homoparentalidad es una nueva idea, pero las ciencias sociales se han puesto al día rápidamente: Francia, que no contaba más que con una investigación sobre el tema en 1997, hoy cuenta con una rica bibliografía que incluye 300 investigaciones en derecho, sociología, psicología o antropología. Signo de los tiempos: el término ‘homoparentalidad’ fue creado en 1997 por la APGL, ingresó a Le Robert en 2001. “Algunas políticas se sostienen en la falta de distancia y la ausencia de trabajos para rechazar estas nuevas familias, destaca Martine Gross, presidenta de Honor de la APGL. Con más de 1000 publicaciones en el mundo, este argumento no se sostiene”.

El futuro de los niños criados en familias homoparentales, lo cual constituye una de las interrogantes centrales del debate, no es verdaderamente desconocido. Durante el debate organizado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Olivier Vécho, maestro de conferencias en psicología de la Universidad Paris X, analizó las 44 investigaciones realizadas en el mundo sobre el tema.

Una mitad fue realizada en Europa, la otra en los Estados Unidos o Canadá “Las conclusiones de estos trabajos están lejos de ser alarmistas, destacó Olivier Vécho, quien dirigió una tesis sobre el desarrollo socio-afectivo de estos niños. Ellos no son mejores ni menos buenos que los otros.

La mayor parte del tiempo, estos estudios han sido conducidos al lado de los ninos, pero algunos conciernen igualmente a los adolescentes, ver adultos.

Ellos muestran que estos ninos no llegan a ser con más frecuencia homosexuales que los otros, que su identidad sexual es tan sólida como la de los otros y que su comportamiento sexual – tienen amigos o amigas? Escogen juegos asociados a lo masculino o a lo femenino?- son parecidos a los otros.

En Europa como en América del Norte, la homoparentalidad ha sido preparada por otras revoluciones familiares. La primera concierne evidentemente a la disociación entre la sexualidad y la procreación: gracias a la legalización de la contracepción y el aborto, las parejas pueden desde fuera vivir su sexualidad sin temer a la procreación.

Pero desde el nacimiento del primer bebé en probeta, en 1982, los fabulosos progresos de la medicina reproductiva abrió la vía a otro cambio: con la procreación médicamente asistida (PMA), la medicina puede, hoy, ‘frabricar’ bebés con la ausencia del acto sexual, ver convertidos en padres a hombres y mujeres que no tienen ningún lazo genético con los niños.

Ese es el caso, por ejemplo, de padres cuyos hijos vinieron al mundo gracias a una inseminación artificial con un donante o de madres que se beneficiaron de ovocitos donados por una fecundación en vitro.

En estas familias, las cartas tradicionales de la filiación están parcialmente rebatidas: de un punto de vista biológico, estos hijos están –en parte- en la situación de hijos adoptados, ya que no son herederos del patrimonio biológico de sus dos padres, pero desde un punto de vista jurídico, afectivo y social, ellos son iguales a los otros niños, ya que ellos han fueron traídos al mundo por una pareja que los deseaba y esperaba.

Con el PMA, la filiación biológica, afectiva, social y jurídica no coinciden entre ellos.

El triángulo tradicional roto.

La segunda revolución concierne a los modelos familiares. Desde la década de 1970, el matrimonio no es más que el paso obligado a la constitución de una familia, y las familias recompuestas 1,6 millones de niños- dieron nacimiento a nuevas constelaciones parentales: la sociedad francesa aprende poco a poco a vivir con suegros y suegras, de los demi o casi hermanos o hermanos. Para los sociólogos, es la entrada en la era de la pluriparentalidad.

“Así se observa una disociación entre la sexualidad y la procreación, entre la alianza y la filiación, entre la paternidad biológica y la paternidad social”. Resume Martha Mailfert, doctorando en sociología en el Instituto de Estudios Políticos de Paris.

Las parejas homosexuales han empujado la reunión de estas lógicas hasta el objetivo. Habiendo recorrido desde la inseminación artificial con donantes realizados en Bélgica y en los Países Bajos, tentados por la aventura –ilegal en Francia- de madres portadoras en el extranjero, instaurando “coparentalidad” entre una pareja de hombres y una pareja de mujeres, los homosexuales inventan, día tras día, las formas de parentalidad que apoyan todas cuestiones del estatus de “coparentales”: que lugar acuerdan un hombre que no tiene ningun lazo genetico con un nino, pero que el ha criado al lado de su padre biologico o juridico?.

Si la homoparentalidad suscita, aunque el tema es mas raramente abordado, porque es la prolongación de los debates suscitados por el PMA y la pluriparentalidad nos invitan a reflexionar sobre las nuevas concepciones de filiación.

Podemos imaginar un sistema en el seno del cual los padres no consideraran más que los genitales? Se pregunta Martha Mailfert. Puede avizorarse la existencia de más de dos padres? Como reconocer los vínculos jurídicos y sociales entre un niño y sus padres que no están unidos por la sangre? En un mundo donde las reglas tradicionales de la filiación han sido profundamente cambiadas, que lugar tiene en lo biologico, lo social lo afectivo y lo juridico?.

Yo, Claudio

Comentarios

Jorge Méndez dijo…
la cuestión es que nunca seré padre


;)
Lautaro dijo…
Claudio gozador,
A mi me falta el otro padre o las otras dos madres para poder ser padre. :_(
O sea, tengo pololo pero él no quiere ser padre, buuuuuuuuuuuuuuuuuu :_(
En una de esas soy padre soltero nomás, no me va a quedar otra, jejeje.
Bear hug,
Lautaro
El tema me llama mucho la atención, me es muy interesante. El otro día le dejaba un comment a "ella en la cama" sobre eso mismo de que habla tu post: la disociación, del estado y la iglesia, del sexo y la reproducción. Es muy interesante.

Aquí se extiende más: a procreación sin sexo. Notable.

Saludos
soy madre...!!! pero me falta para ser "gran madre"
M
Perdido dijo…
Hola

Es interesante leer tal cantidad de investigación respecto a la homoparentalidad, me parece sencillamente notable.
Lo que es yo, no estoy preparado para ser padre, 0 feeling con los niños, no se porque sera.

Volvi a escribir despues de un año y algo alejado, ojala puedas visitarme y leer mis humildes escritos.

Saludos
Pancho Perdido

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