Hermanos y rivales.

Hace un par de semanas cuando se anunció esa famosa tacotón, mi hermano me contó que participaría, yo le dije: que también iría, pero a protestar contra él. Nuestra madre nos miró y sonrió, pensando que aquello era una idea peregrina, como muchas de las que tengo. Sin embargo, los Furiosos Ciclistas la hicieron realidad.

Como ya se habrán dado cuenta mi hermano es un 'tuerca', y yo ciclista aficionado, a ratos furioso. Mis incursiones se reducen los fines de semana a la cumbre del San Cristóbal, más una que otra cicletada y la travesía de haber ido a Mendoza. Él participa en Automovilistas Unidos de Chile, y yo en los Furiosos Ciclistas. La idea era que los dos nos manifestáramos, él exigiendo una reducción de los impuestos a los combustibles (específico), y yo incentivando el uso de medios de transportes no contaminantes y sanas, la bicicleta. Pero no diciendo que el que contamina paga, porque eso es estúpido. O sea hermanos y rivales. Estamos en veredas opuestas, pero igual nos sentamos a discutir sobre el uso y abuso del auto, y de las ventajas y desventajas de la bici.

Sin embargo, fallé, no pude subirme a la bici, pues una gripe me dejó en cama, tomando litros y litros de limonada, antigripales y otros. Además, ustedes saben que me cuido, yo sin casco no hago nada, pero nada de nada. Así que me quedé con las ganas de montar. E igual disfruté viendo como mi hermano salía en TV y yo apoyaba moralmente a los ciclistas.

Un abrazo.
Yo, Claudio.