Esa es mi historia.

Hace un tiempo conversaba con un amigo y me decía que el problema que tengo, entre otros más que no viene al caso comentar ahora, es que tengo un patrón de gusto errado para mí. Onda siempre me gustan iguales, con rollos, dubitativos, lindos, enrollados, y cuanta cosa más.
Hace unas semanas conocí a un chico, en verdad el lugar no era el mejor, pero bueno uno conoce donde puede y punto. Ahora sí, lo sé, partiendo por el lugar poco futuro se le veía a la cosa, pero bueno, me dio su número y dirección de correo electrónico, dijo que se conectaría al messenger en la noche. Pensé que en verdad sólo lo dijo por decir algo, pero no al final sí se conectó y propuso que nos juntáramos, pero al final no pudimos, postergando el reencuentro hasta el día siguiente.
Lo pasé bien, tus ojos son preciosos, hacía tiempo que no sentía bien, me morí de la risa. Llegué en bici a tu casa, y me viniste a dejar en auto. Cuando te despediste vi una mirada especial. Sólo tú puedes llegar a buscarme a las 3:00 am, no te creía, pero lo hiciste! Jajaja... y yo que te dije que sí lo hicieras sólo para ver si lo harías, y me salió el tiro por la culata.
Al día siguiente nos volvimos a ver, me reí mucho contigo, quedamos en hacer varias cosas durante la semana. Fue 'brígido'... ¿qué fue lo 'brígido'?Al final no pasó nada... He ahí el patrón, el enrollado, el complicado... Y pensar que te dije que eras uno de los más claritos. Me dijiste que no, y como tú te conoces más que yo, acertaste.
Es raro, siempre me transformo en 'su pañuelo de lágrimas' cuando en verdad, no quiero ser su amigo, quiero ser su pareja. Pero termino siendo 'un buen amigo', el tipo que los escucha, que los aconseja, porque 'no toda la gente sabe tu historia, necesitas que alguien te escuche y yo soy el único que conoce toda tu historia' Cueck... yo que quería algo, creía que podía haber algo entre nosotros... Nada.
Ya me he enrollado bastante, no la he pasado bien. Pucha, eres especial, con todos tus rollos, eres lindo, pero sé que no soy lo que tú quieres, no quiero escuchar de nuevo 'me gustaría que me gustaras, pero no me gustas'. Sé por eso que tampoco la voy a pasar bien contigo, que me voy a enrollar, voy a querer estar contigo, pero tú no.Uno sabe que hay cosas que le gustan, pero también le hacen mal.
Eres como el azúcar para un diabético, la sal para un hipertenso.
Un placer culpable.

Esa es mi historia, brígido.
Yo, Claudio.

Comentarios

Pancho Varas dijo…
Tanto tiempo...creo que demasiado, pues ya ni escribes, lei este post y el anterior, del anterior diré que al final uno siempre selecciona los mejores recuerdos, aunque es más fácil recordar lo malo! pero después de la pena, la rabia el odio y todos los sentimientos negativos, viene una suerte de calma y empezamos a reconciliarnos con nuestras historias...

Sobre tu último post, es difil querer a alguien y poder estar junto a él a sabiendas que nunca te querra, es tan masoquista y nocivo... es mejor dejar ir a esa persona y buscar alguien que realmente te pueda corresponder...

besos

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