Little world, little people

Las inversiones a largo plazo no siempre funcionan, las acciones suben repentinamente y con la misma velocidad, y a veces mayor, caen. Ya lo decía un amigo que a veces he hecho cosas con pocos o cuestionados retornos, y en eso creo que tiene razón, puesto que mis últimas inversiones pueden ser cuestionadas, incluso más que los negocios de CODELCO. En fin, no es mi intención entromerme en política coyuntural.
La cuestión es que acostumbraba 'invertir' semanalmente cierta cantidad de dinero, en recorrer lugares, más correcto sería decir el lugar, de Santiago, con el fin de distraerme, y compartir. Pensando que no era una pérdida.
Después de varias semanas y meses comenzamos a hablar. Un día agripado y tenso por el egreso, tuve que tomar unas pastillas un poco fuertes, las que me tenían dopado, ese día era el día para inciar las negociaciones, pero las pastillas me llevaron a retirarme, aunque a la vuelta de la esquina me pregunté si debía regresar, sin embargo, la idea que persistió fue que no hay vuelta atrás.
Después continué 'invirtiendo', e incluso con más gente algo como el 'capitalismo popular'. Por suerte siempre me acompañaban. Siempre nos encontrábamos con el negociador, bueno en ciertas ocasiones no, a decir verdad, en más que varias ocasiones. Pero me sirvió de todas maneras, no hay mal que por bien no venga, dicen.
Una de nuestras últimas tratativas, o creación de confianzas para 'iniciar un negocio' me sorprendió, me retiro, sólo estaré hasta el sábado... ooohh, todo a pérdida, el negocio fracasó. Ese día no pude ir, problemas de fuerza mayor no me permitieron asistir. Así es la vida, ya no existía consuelo. Será no más.
Hace unos días mientras hacía mis 'colocaciones en la Bolsa', ustedes recordarán mi blog anterior, e imagino que han de leerlo, ese que decía que la vida da sorpresas y así fue, el negociador había regresado, fue la salvación, algo así como la intervenciòn del Banco Central en los 80's.
Así que nuevamente fueron retomadas las negociaciones y mis inversiones continuaron. Pero sin hallar al negociador. Hay que ser optmista, me dije.
Ustedes, interesados e informados lectores, sabrán que he terminado mis clases y mis ramos y por lo mismo he perdido mi calidad de alumno regular, así que tenía que ir al dentista, y eso ocurrió ayer, y ese mismo día tenía que ir a ver mi futuro hogar, cercano a la Universidad. Cuando me subía al metro me saludaron, yo totalmente sorprendido, y por qué no decirlo, alegre, respondí tan agradable sorpresa. Era el negociador, y lástima que el trayecto es corto y el tren más veloz que uno desea en ese momento, por esto sólo alcanzamos a intercambiar unas cuantas palabras y números teléfonicos.
Con tal recarga anímica me apresté a hacer todo aquello que me había propuesto. Todo era color de rosa, eeh. Una vez de vuelta en la Universidad, envié un mensaje al negociador, el cual con ansias esperé fuera respondido, y así fue. A esas horas ya era todo un Matrix, por lo reloaded. Una vez agotado de tanto leer, fui en busca de nuevos aires, me encontré con una antigua amiga, siempre son buenos esos encuentros, llenan de alegría el alma, y traen a la memoria recuerdos que uno ha pensado olvidados, y por supuesto nuevas ideas.
En ese instante mi teléfono recibe un nuevo llamado, el inversionista, quein me extiende una invitación a negociar acompañados de un café, a pesar de que la idea incial era realizar una comida de negocios, pero era café lo más cercano. Acepté gustoso. E inicié el largo viaje, del día hacia quién sabe dónde.
Se concretaba tan anhelado encuentro, risas, conversaciones, y en una de ellas nos acercamos a nuestros pasados, inevitable, estudié historia. Y comienzan a aparecer similitudes, coincidencias, cosas del destino, será de la Moira, o qué. La cosa es que mientras conversábamos apareció el barrio, lugares (sectores) comunes, y también lugares comunes, amigos comunes, y en uno de ellos había algo que me llamaba la atención, ambos habíamos negociado con la misma persona, fuimos sus socios. Plop, exijo una explicación, era trágame tierra... surgieron recuerdos que pensaba olvidados, recuerdos que a ratops son dolorosos ¿Por qué?... será que nos gustan los mismos negocios, las mismas inversiones, quién lo sabrá. Esto me llevó a no querer estar ahí, a dejar las negociaciones. Además ya está negociando.

El mundo es tan pequeño...
little world...
Sometimes...
Fucking world...

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Constitución

Yo, Claudio ¿actor porno?

Editorial.