La sombra.

Días atrás mi sobrinita, de un poco más de un año, jugaba en el patio, pero repentinamente se quedó inmovilizada, sólo miraba el piso, movía sus pies tratando de arrancar de algo o de alguien. Minutos después etalló en llanto. Su mamá y yo no sabíamos que era lo que le sucedía, sólo quería que la tomáramos en brazo. Tenía miedo.

Una vez dentro de la casa se calmó, pero en la noche sucedió lo mismo, nuevamente lloraba, y miraba el piso. Fue entonces cuando descubrimos que arrancaba de algo, o de si misma, es decir de esa compañía que no nos abandona nunca. Nuestra sombra. Mi sobrinita quería que la dejara de perseguir, que no hiciera lo mismo que ella, ¿por qué algo oscuro, sin rostro, y que no es más que una silueta tenía que acosarla siempre?, ¿por qué la tenía que ir donde iba ella?. Y lo que era peor, a veces era pequeña, pero en otros momentos crecía repentinamente. Su velocidad de traslado era tan rápido como la luz. ¡Qué miedo!.

Yo cómo le explicaba que la sombra se produce por un efecto físico, el cual entiendo, pero no sabía como explicárselo a una niña de trece meses. La tomé en brazos y opté por quitarle el miedo y nos pusimos a jugar con la sombra en la mesa mientras comíamos. Ponía mi mano sobre la mesa y la levantaba poco a poco para que surgiera la sombra. Mi sobrinita miraba sorprendida, pero temerosa, no quería ni se atrevía a tocar tal oscuridad. Al parecer mi rol de parvulario, y creador de seguridades no tuvo muchos efectos, pues al dejarla caminar nuevamente arrancaba y lloraba a causa de la sombra.

Pero al parecer ha aprendido solita, o bien se ha resignado que siempre alguien la sigue y seguirá, que es oscuro, tiene ciertos cambios de tamaño increíbles, que se traslada de un lado a otro en cuestión de milésimas de segundo, y que tiene como fiel aliada a la luz, sea ésta natural o artificial. Y que si bien esta la crea también la destruye. Nunca me había cuenta de ello, la sombra surge de la luz, pero ésta también la elimina. Quien la crea la elimina. Ya sea por su presencia totalizadora o por su ausencia.

Hoy mi sobrina ya no le teme a su recién descubierta compañía. Creo que ha dicho 'si no puedes con tu enemigo ùnetele', pues ha descubierto que con ella se puede jugar. En la mañana miraba en la pared la sombra de sus pequeñas manitos, las abría y cerraba, aplaudía, las subía y bajaba. O sea, descubrió una nueva entretención.

Quien sabe si con tanta proyección geométrica y física involucradas en 'su descubrimiento' en unos años más se gana por primera vez para Chile el nobel de Física, o se nos convierte en la Gaudí chilena.

Un abrazo.

Comentarios

Unknown dijo…
Hola Claudio:

Supongo que haz notado que tengo poco tiempo, y que te he abandonado un poco, a decir verdad nos hemos dado vacaciones mutuas pero por mi parte el cariño permanece intacto, así que te mando un fuerte abrazo.

Por otro lado, me conmovió y enterneció el relato sobre tu sobrina, me alegro que ahora juegue con la que será su más fiel e incondicional compañía de por vida.

Un abrazo, chao, cuídate y que estés bien.

Daniel Alberto Silanes Puentes sapenado blogs antes de ir a clases.
LaRomané dijo…
NUestros miedos infantiles generalmente mueren allí, pero algunos nos acompañan por años.
Me alegro que tu sobrinita haya aprendido a vivir con su sombra, la acompañara la vida entera...

Saludos
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Romané
Pancho Varas dijo…
TIERNA LA HISTORIA.....TODOS LE TEMEMOS A LO DESCONOCIDO, LO IMPORTANTE ES ENFRENTARLO PARA SABER SI ES MERECEDOR DEL MIEDO.....

ESPERO QUE ALGUN DIA TU SOBRINA TENGA LAS POSIBILIDADES DE SER PREMIO NOBEL...POR QUE HOY NO SE PUEDE(AL MENOS EN CIENCIAS)

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