Claudio en correccional.

Así es, estoy sometido a todo tipo de correcciones. Me he, y han, sometido a una correcional, voluntaria e involuntariamente.

Corrección número 1.


Hace un par se semanas tuve líquido en el oído, por lo cual el médico me recetó un medicamento que me hinchaba, hasta ahí todo bien. Pero un amigo me vio por cámara web y me dijo.... Oh! estás gordo!, luego mi hermana, a ambos les le dije que era a causa del medicamento. Yo seguí con mi vida tal cual.

El lunes fui a hablar con mi jefe, llegué y le pregunté a la secretaria si estaba, no, está haciendo clases, me dijo. A continuación el comentrario de rigor que he escuchado hasta ahora... 'estás más gordito'. Yo sin palabras, mudo, blanco, sólo atiné a decir: 'debe ser porque no voy a nadar desde julio'.

Ayer fui nuevamente a hablar con mi jefe, ahora nos encontramos, después de encargarme nuevas tareas me dijo: 'Claudito, estás más gordo'. David, un antiguo profesor, me miró y asintió, a continuación Tomás, el director de carrera, lo confirmó. Desde el submundo dije: 'debe ser porque no he practicado natación desde julio, y he comido tarde. Desde ahora sólo comeré lechuga.' David me dijo que la sabiduría uruguaya dice:

Desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo.



Corrección número 2.

Los horarios siempre me han sido difíciles, sobre todo ahora cuando el tiempo es tan cambiante y las mañanas están frías por lo cual la cama no nos permite levantarnos. Pues podemos agriparnos. Afuera está muy helado.

En varias ocasiones he puesto el despertador a las 7 am, no funciona, luego lo programo a las 8 am, posteriormente a las 9 am. Y nada, de todas maneras me levanto a las 10 u 11 am. Se me pasa la hora, y no voy a la Universidad, ya no tengo clases.

Mi seminario de grado es sobre minorías sexuales, por lo tanto asisto al magister en Historia, en un curso sobre género como oyente.
Parte A.
Ayer y anteayer respeté el horario de programación del despertador.
Parte B.

Vamos que se puede.
Parte C.


Corrección número 3.

Hoy comencé, fueron horas duras, encerrado en ese cuchitril, ilumanción adecuada, eso sí, lo mismo que la temperatura. Sólo quería que terminara pronto, veía comno pasaban, y nunca se acababan. Miraba la hora, me daba ánimo. Eran sensaciones contradictorias, por un lado quería que el tiempo pasará más rápido, por el otro, no quería que llegara el lunes. Es extraño, sólo quería que la corrección terminará lo antes posible, pero a la vez no quería el lunes, plazo perentorio.

Cuando no aguanté más miré y conté sólo van dieciséis. Aún restan 109. No lo creo.
Me gusta enseñar, pero corregir pruebas es lo peor, sobre todo cuando en curso son 35 alumnos, y en el otro 90.

Corregir 109 pruebas.


Un Abrazo.

Comentarios

Morwen dijo…
Aguante no más hombre!... yo estoy en las mismas, corrigiendo pruebas. Sobre la dieta, yo por lo menos me rendi hasta despues del 18, donde seguramente me lo comere todo para luego seguir con 2 meses de pura lechuga, pero vale la pena el sacrificio.

Interesante tema de seminario, y a ver si nos juntamos un dia a conversar sobre tu curso de género, que como recordarás yo rayo con el tema.

Besotes...
Pablillous dijo…
hay dias en que todo el mundo me dice gordo y al siguiente me preguntan
estas a dieta..te ves muy bien


abrazillos

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