De Civitas San Iago; ¿De Civitas Dei?

"Si fuera anticuario sólo me intersarían las cosas antiguas, pero soy historiador y también me interesa el presente". algo así era lo que le decía Henri Pirenne a Marc Bloch. Y este último lo reprodujo en "Apología de la Historia o el oficio del historiador". Este diálogo se dio mientras visitaban una ciudad europea. En verdad no recuerdo cuál era, ni estoy seguro que la frase sea textualemente la misma.

Ayer pasé por el barrio El Golf, aquél que destaca con grandes edificios con muros cortina, si no me equivoco así es el nombre. Barrio donde es posible encontrar varios Borja Huidobro -Club de la Unión, Banmédica, entre otros- quizás el arquitecto chileno de mayor renombre en la actualidad. Es ese barrio donde las grandes empresas ubican sus edificios corporativos, que en antaño estaban en el centro. Será parte de la cultura nacional, esto de los nuevos ricos, que cambian de barrio de inmediato. No lo digo en forma despectiva, sólo lo describo.

No debo mentir encuentro que El Golf tiene su encanto, enfrentarme a un lugar con tantas construcciones nuevas siempre me ha parecido atractivo. Lo mismo me pasaba cuando practicaba natación en Santa Rosa de las Condes, y tenía que cruzar todos los días el 'San-hattan', ese conjunto de edificios contruídos por Senerman. Qué mal que sigamos identificándos y mirando hacia afuera para encontrar quienes somos. Puede ser que nuestra identidad sea el querer ser lo que no somos, o bien dejar de ser lo que somos. Ya nos pasó, primero fue Francia, luego Inglaterra -hasta octubre de 1997- y desde mediados del s XX Estados Unidos.

Bueno, la cosa es que ayer pasaba por el Golf, y me enfrenté a la demolición de lo que era el Club de la Unión, una casona de estilo francés, debe ser de principios del siglo XX, con grandes columnas, todo un estilo que se imponía. En las paredes se encontraban unos rayados que reclamaban contra tal atrocidad, en algunos se leía: cómo no se respeta la ciudad, su patrimonio, sus raíces, cómo se tiraba -literalmente- al suelo parte de nuestra historia, cómo se olvidaba el barrio El Golf, entre otros.

También refleja algo de nuestra frágil memoria, cómo insistimo en mirar el futuro sin saber que hemos sido, sin reconocernos en un pasado, sino que en la construcción de un futuro que se forma en pies de barros.

Ya había pasado algo con la casona que ocupaba la embajada o residencia de Rusia, justo al frente. Hace un tiempo se reclamó por la demolición de una casa en el Barrio Lastarria, aunque en esa ocasión pudo ser detenida, lo mismo pasa con la fachada que queda de lo que fueron las oficinas de 'El Mercurio' al lado del Palacio de Tribunales. Y así, la cosa suma y sigue.

Quiero que se me entienda bien, no se trata de mantener todo, sino que aquéllas que implican algo, que tienen un valor artístico, que su construcción fue un símbolo y que su riqueza arquitectónica la hace merecedora de ser resguardada.
Es finalmente una forma de respeto hacia nuestros ancestros, hacia nuestro pasado, hacia lo que somos, sí, ello también es presente.



De Civitas San Iago; ¿De Civitas Dei?

PD: Después les cuento de Santiago como Jaula, y sobre los graffitis en Santiago.

Comentarios

Arturo dijo…
Demolieron el Club de la Union en El Golf??
Oh...
Siempre quise saber que habia sido ese esquelteo de edificio que queda en Compañía, al lado de Tribunales, la fachadas de las mas lindas del centro de Santiago, y que hoy es un desperdicio en pleno downtown capitalino. Me da ene pena saber que estas destrucciones son "el precio del progres0" que algunos arquitectos y urbanistas dicen. Y nuestra memoria histórica? Y el patrimonio?
No me extrañaría que en unas décadas más se vengan abajo el Edificio de la Bolsa, la casa central de la Chile o la misma Moneda...
Saludos optimistas.
Pablillous dijo…
Me da mucha lata leer lo del Club de la Union del Barrio El Golf. Parece ser una tendencia en Santiago, destruir todo lo antiguo para reemplazarlo por modernidad y "progreso", en todas las sociedades modernos, el progreso pasa por respetar lo antiguo nuestras raices.
Que pena! El Golf hace rato que esta siendo sistematicamente destruido, ya no debe estar el cine me imagino... que vendrá ahora?
los cines antiguos que quedan?
el club de la Union?
que pena!
Pablillous dijo…
Gracias por tus comentarios..
se que te va a sonar cliché pero es increible como nuestros muertos siempre nos acompañan con sus recuerdos y momentos!
Unknown dijo…
Ufff, si supiera como se me aprieta el alma cada vez que veo como se cae el palacio de San Martín con Huerfanos.

Me extraña que no hayan demolido la casa colorada, en 50 años más es lo único viejo que nos va a quedar. En 100 años, destruiran el cerro Santa Lucía porque habrá que ensanchar la Alameda.

Un abrazo, chao, cuídate y que estés bien.

Daniel Alberto Sianes Puentes.
yO, cLaUdiO dijo…
Pablillous; Lamentablemente no queda nada del Cine El Golf, hace un par de años fue demolido y ahora se encuentra uno, sino el más, lujoso hotel "The Ritz Carlton". De la familia Yarur, el padre de Juan. Uno de los socios del BCI.
Y al lado de este hotel se emplaza la nueva municipalidad de Las Condes, por suerte han decidido mantener el antigup edificio, que al parecer lo transformarían en un teatro municipal.

Un abrazo
yO, cLaUdiO dijo…
Arturo; hay un problema legal para saber qué es lo que se puede hacer con esa fachada, puesto que fue declarado monumento nacional o de valor patrimonial, en un momento extraño, parece que fue cuando los nuevos dueños proponían un nuevo proyecto que implicaba su total demolición y esta declaración no lo permitía. Además que el costo de mantención no está dispuesto a asumirlo el propietario, y como era de esperar el fisco tampoco.
Por lo cual no puede ser demolido, y los prpopietarios interpusieron un recurso de protección y reclaman una indemnización, y eso aun descansa o duerme a una cuadra. En el Palacio de Tribunales. Así que en un par de años debería salir humo blanco, y decidirse su futuro.
Anónimo dijo…
Claudio,
Hay que hacer una aclaración, en beneficio del buen criterio histórico.
Todo debe ser mirado con perspectiva y eso no le falta en absoluto al análisis sobre la destrucción de un inmueble en el barrio el Golf, pero hay que mirar la línea del tiempo. Yo vivo en Santiago desde hace más o menos cuatrocientos años, y te puedo decir que en ella se lleva a cabo un proceso migratorio urbanístico tan antiguo como la República. Hasta el 1830, vivimos en una ciudad sin grandes cambios, hasta que se desarrolló capacidad económica en forma paulatina, ya en caída libre desde el 1880. Ni te imaginas cuántos palacios fueron derribados en Santiago para hacer el barrio cívico, o para hacer el Forestal. No lo podrías creer, ni tampoco cuántos para ensanchar la Alameda.
Todos los bellos barrios se han producido por el éxodo voluntario de la clase alta, la que se margina de la ciudad. Tan pronto crea un espacio propio y bello, lo abandona y dispone uno nuevo. Esta casa, por la que lloramos en el Golf, fue construida para deshabitar otra del barrio República, y esa, para deshabitar una del centro. Si vuelvo a mi ciudad natal, en Europa, veo los mismos edificios en el centro. Si bien es cierto allá hay un mejor control del patrimonio, lo concreto es que la dinámica de las ciudades no es exclusivamente histórica, sino integrada por las económicas y las urbanísticas, que también existen.
El problema, en general, es otro. ¿Sabes cuál es?
KF
yO, cLaUdiO dijo…
Pablillous:
Busqué en la red una foto del nuevo hotel Ritz, y no fue mucho lo que encontré, pero aquí algo de sus paredes, a mano derecha en la foto, el primer edificio, -siento no poder indicarte el color, soy daltónico- es el Hotel, ahí estaba el cine. Ahora lo que ves a atrás de él, ese edificio cruces, pilares diagonales, aún en construcción -en el momento de la foto- es la municipalidad de Las Condes. En esa cuadra existió el cine. Como ves no queda nada.

Un Abrazo
Claudio
yO, cLaUdiO dijo…
Querido/a KF:
Primero que todo gracias por tu interesante y valioso comentario. Segundo, quisiera saber cuál es el secreto para conseguir tanta longevidad, yo que me sorprendía por la que poseía Matusalén, ahora he quedado perplejo.
Me desafías a saber que tú conoces sin dejar guías para descubrir aquéllo. Pero de todas formas me arriesgaré.
Una de las cosas sobre las que he conversado con un amigo tiene relación con los movimientos sísmicos. Éstos han producido una renovación de las construcciones, un ejemplo de ello fue lo que sucedió en el norte, hace unos meses. Pero, sé que esto no es lo que esperas, puesto que conversamos sobre las que se mantienen en pie y son derribadas deliberadamente por las personas.
Imagino que tampoco pasa por el valor que le entregamos a aquellas construcciones, puesto que ejemplificas con las demolidas en torno al Parque Forestal, y otros.
Si dices que el problema va más allá de la dinámica histórica, ¿qué explicación nos queda?. Creo que me queda una de carácter social, cultural y en parte económica.
Esto es si miramos la ciudad como un todo, y luego la separamos en partes vemos una alta segregación económica. Destacando una migración de los sectores económicos desde el centro de la ciudad hacia la zona oriente, dejando sus antiguas calles. Las que en muchos casos son habitadas por personas que no cuentan con los recursos para mantenerlas. Así éstas perderían su valor económico y serían presa fácil de las inmobiliarias. Sin embargo, ésto no responde a tu pregunta, ni explica la demolición de la casa de El Golf.
Debo reconocer que la pegunta es compleja, explicarse este hecho no es fácil. Pero sólo me queda una probable explicación. Ésta es que hemos adoptado a la ciudad como un bien transable como cualquier otro. Y los intereses se moverían sólo en virtud de la ganancia.
Espero conocer tu apreciación, y seguir dialogando.
Un Abrazo.
Claudio.

PD: Si puedes y deseas -eso espero- te identifiques, ya no sólo como KF.
Anónimo dijo…
Claudio,
El secreto para tener más años, es definir años más cortos. El tiempo se mueve siempre en un sentido arbitrario, ¿no has vivido acaso un segundo que te pareció una eternidad? Si me mido según el calendario moderno, soy apenas un ser humano de 12 años, voy al colegio y, ante esta confesión, mi comentario te habría parecido menos interesante. Eso lo aprendí de mi madre, vendedora de seguros, la expresión más refinada de las técnicas de venta.

Primero, que pregunte cuál es el problema, no necesariamente implica el saber su resolución.
Segundo, fue un buen intento el del terremoto, te faltó considerar las guerras, que se han hecho autores de una descarga mucho peor sobre la obra del hombre. Plinio el joven nos cuenta como el Vesubio se tragó a Pompeya, y a su mismo padre.
Tercero, tienes toda la razón en lo que planteas, se ve que sabías cual era en lo medular el problema.

Pienso en las ciudades como entes sistémicos y orgánicos y por alguna razón, la historia te lo indica, hay ciertos elementos que en ellas se desarrollan. La ciudad se articula y se desarticula de una forma, como tú bien dices, social, cultural y en parte económicamente, todo a la vez. El problema, el problema de verdad, no radica en los edificios que se construyen y en los que se derrumban, sino en que este ente sistémico y orgánico no siempre desarrolla un mecanismo que lo impulse y que lo proteja. Te lo explico mediante un ejemplo.
Cuando los Hohenzollern hicieron el centro de Berlin, quisieron una ciudad de grandes avenidas, de espacios públicos bellos, de museos y galerías. De parques. Hay una equivalencia entre la voluntad del gobernante y el espíritu de la ciudad. Eso funcionó siempre que hubo un gobernante inteligente en un modelo autárquico.
La estupidez existió siempre, Nerón incendió Roma, pero hubo Césares que regalaron a la posteridad un concepto de ciudad vigente hasta hoy, con accesos, mercados, facilidades viales y sanitarias.
Sin embargo, no hay una familia real en cada pueblo de Italia para velar por sus casas y por sus callejuelas, y ningún duque o dictador protege el estilo de Nueva York o el de Londres. ¿Por qué Paz Froimovic no hace edificios ahí? Hay una voluntad general que descubre en ello un valor, es decir, no vale la pena. Hay un círculo virtuoso en relación a la ciudad, y por eso no puede pertenecerle a cualquiera.
El problema de Santiago es que nadie la protege, igual que Sao Paulo, porque hay valores superiores al urbano, y no nos hemos puesto de acuerdo para saber qué debemos privilegiar. Son los agentes económicos, los gubernamentales y los vecinales los que deben concensuar, y eso, cuando el patrimonio en cuestión no le pertenece a la humanidad entera.
Cartagena es un ejemplo espléndido de la ciudad, ya no destruida, pero abandonada. En Santiago se suma al abandono, la destrucción. La construcción de buena calidad, de buena arquitectura es muy poca, y me da una gran tristeza cuando recuerdo que algún día alguien dijo que se abrirían las grandes avenidas. Ojalá que eso no pase en Santiago, porque cuando eso ocurra, habitaremos una ciudad horrenda.
El problema es ese, no los edificios y qué pasa con ellos, sino la conciencia de ciudad. No es un pecado el demoler, la falta está en destruir. Muchas bellas construcciones se edificaron sobre otras igualmente valiosas, y eso aquí, con muy pocas excepciones, nunca ocurre.
Gracias por tu tiempo, tengo que seguir con mis 12 tareas y mis 400 deberes.
KF
yO, cLaUdiO dijo…
Estimado KF,
Más que agradecerme el tiempo amí, soy quien lo está contigo, me agrada de sobremanera leerte, y me invita a escribir no sólo cosas sueltas.
Veo que gustas de los símbolismos y metáforas. Sin duda que la sensación de tiempo es subjetiva, y lo vivo a diario, cada vez que colocó un plato de comida en el microondas siento que ese minuto transcurre muy lentamente, por el contrario, cuando rendía algún examen sentía que éste corría velozmente. Tampoco es casual que Matusalén tuviera, si mi memoria no me falla, alrededor de 300 años -pueden ser 800 años-, pues la medida del tiempo era diferente.
Pienso que indicar una edad de 12 años debe ser una nueva puesta en práctica de las enseñanzas maternas.
Creer que un comentario adquiere cierto grado de legitimidad en virtud de quien lo emite es una falacia, y eso bien lo sabes, ya que tus conocimientos del periodo griego y romano destacan, por lo cual es de suponer que lo conozcas por Aristóteles.
No puedo más que coincidir en tu idea de conciencia de ciudad, lo cual creo que para el caso de Santiago no puede pensarse separado de la idea de economía que tenemos. Esto porque fue durante el régimen militar cuando se permitió la construcción en las afueras de la circunvalación Américo Vespucio, en virtud de que el terreno es un bien como cualquier otro. Con lo cual hemos hecho tan propia esta concepción económica que la sobreponemos a esa conciencia urbana de la cual hablas. Y creo que en esa visión descansa la idea sobre la imposibilidad de instaurar un ente que la proteja, pues es contrario al principio del libre mercado, mal ententido según mi parecer.
Santiago no es una ciudad falta de belleza. El casco antiguo tiene callejuelas muy interesantes, recuerdo ahora el barrio Concha y Toro, con su plaza de la ¿'libertad de prensa'?, el barrio Lastarria, Plaza Yungay, entre otros. Que son frutos de una idea de ciudad que efectivamente existió. Como olvidar a Benjamín Vicuña Mackenna a quien le debemos el bello Cerro Santa Lucía, y gran parte del casco antiguo.
Sin embargo, no podemos ser injustos en nuestras expresiones, no puedo olvidar que los momentos en que se construyeron las ciudades que hoy admiramos coincidieron con un periodo de florecimiento económico, así la Acrópolis y las esculturas que hoy admiramos coinciden con la Liga del Peloponeso, cuando las riquezas fueron trasladadas desde la isla hacia Atenas y fueron utilizadas para el embellecimiento de ésta. Lo mismo sucede con las ciudades romanas. Y el Paris moderno es fruto de la bonanza económica de la década de 1980, recordemos que Mitterand inició una transformación de París para celebrar los 200 años de la toma de la Bastilla.
Algo de eso hay en los proyectos bicentenarios, Plaza de la Ciudadanía, la costanera en Puerto Montt y Valparaíso, la Marina en Viña del Mar, el nuevo museo en Penco, entre otros.
En ese sentido, encuentro que existe cierto nivel de 'conciencia de ciudad' inicial y débil, por cierto. Lo cual se debe en parte a la falta de traspaso del poder desde las instituciones hacia la sociedad, el empoderamiento -disculpen el neologismo, pero es la palabra que utiliza Bobbio-. Puesto que si existiera es probable que agrupaciones como 'Defendamos la Ciudad' lograrían más cosas.
Sobre Santiago soy bastante optimista, y me quedo con la misma frase que citaste, pero le agrego otra que alguna vez la leí en una carta al director en El Mercurio, 'qué va a ser bonito Santiago cuando lo inauguren'. Ojalá sea pronto.
Bueno, yo he de seguir con mis 7 tareas y 12 deberes.
Un abrazo.
Claudio.

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